miércoles, 10 de julio de 2024

PROCLAMEN QUE HA LLEGADO EL REINO DE LOS CIELOS

Es evidente que cuando recibes una gran noticia, ardes en deseos de darla a conocer. Sobre todo a tus seres queridos y más cercanos; a amigos y conocidos y a todo tu ambiente, donde haces vida social cada día. En consecuencia, la Buena Noticia es la Noticia – valga la redundancia – que debemos proclamar. Es la Noticia que todos debemos conocer y la única que nos salva y da vida eterna en plenitud de gozo y felicidad.

Tras recibir al Espíritu Santo en el instante de nuestro bautismo, quedamos configurados como sacerdotes, profetas y reyes, y, en consecuencia, llamados a dar testimonio y anuncio de la Gracia de salvación eterna que hemos recibido.

¿Y cómo lo hacemos? Pues de manera natural, dejándonos impregnar de la Gracia del Espíritu Santo y viviendo con naturalidad los sacramentos recibidos, sobre todo, el de la reconciliación y perdón y la Eucaristía. En ellos recibimos la fortaleza para perseverar y dar testimonio de nuestra fe.

Por otro lado, aprovechando cada momento de nuestro vivir de cada día para anunciar, bien de palabra, bien con nuestro servicio desinteresado, nuestro testimonio y nuestra disponibilidad, el amor misericordioso que Dios nuestro Padre nos regala por los méritos y Pasión de su Hijo, nuestro Señor Jesús.

Precisamente, es de ahí desde donde nace la fuente auténtica de nuestra autoridad – la Gracia recibida del Espíritu Santo -  con la que los cristianos quedamos investidos.