viernes, 23 de noviembre de 2018

MI CASA ES CASA DE ORACIÓN

Resultado de imagen de Lc 19,45-48
Confundimos la oración con los sacrificios. Y sin darnos cuenta convertimos nuestra relación con Dios en ofrecer sacrificios y trabajo. El templo en lugar de encuentro con los demás y no con Dios, y un encuentro para adorarle y darle gracias por darnos la oportunidad de recuperar nuestra dignidad de hijos suyo.

Sin embargo, confundimos la casa de oración en casa de favores, de peticiones y cumplimiento. La Voluntad de Dios es simple y clara, tratar de amar como Jesús, el Hijo, nos amó y nos enseñó con su Vida durante su paso por este mundo. Y, sobre todo, con su Palabra, que nos alimenta cada día, nos fortalece y nos alumbra el camino a seguir.

El templo es un lugar de reunión con Dios, donde celebramos el Sacrificio único que Jesús hace entregando su Vida por todos nuestros pecados y rescatándonos para Gloria de su Padre Celestial. No hay más sacrificios que hacer, pues con el de Jesús estamos ya salvados. Es hora de dar gracias y de cargar las pilas de nuestros corazones para también nosotros darnos para el bien de los demás, los que realmente sufren, no le conocen y deambulan por la vida desorientados y perdidos.

El verdadero Templo es Jesús. A Él lo adoramos en verdad y justicia en cualquier lugar, porque Él está en todas partes y, de forma muy especial, dentro de nosotros, con preferencia en los pobres, en los excluidos y marginados. Ese es nuestro cometido, corresponder a ese amor de Dios por los pequeños y desorientados y, para eso, le necesitamos. Al menos yo le necesito, porque no sé por donde caminar, cómo ayudar y muchas veces mi corazón se compadece y sufre.

Es verdad que, por propia experiencia, muchos no se dejan ayudar. Ocurre lo mismos que con los hijos, que no siguen las indicaciones y propuestas de sus padres y toman otros caminos equivocados que les llevan a la perdición. Pero, no por eso debemos de cesar en nuestro empeño por estar disponibles, sensibles y atentos al servicio y a la caridad fraterna.