sábado, 4 de marzo de 2023

UN CORAZÓN VUELTO AL REVÉS

Nuestra manera de pensar y actuar es diferente a la de Jesús. Nosotros buscamos a quienes piensen como nosotros o, al menos, estén cerca de nuestra manera de vivir y actuar. No queremos saber nada de los que son diferentes y están en las antípodas. Sin embargo, parece que estamos de acuerdo que tenemos un mismo Padre. Un Padre que hace salir el sol y que venga la lluvia para beneficios de todos sus hijos. Buenos y malos.

Al parecer Jesús no hace distinciones de buenos y malos como nosotros. Nos anuncia que su Padre, Padre de todos, nos quiere de la misma forma pensemos como pensemos y seamos como seamos. Por eso su único mandamiento, que encierra todos los demás, es amarnos como Él nos ama. Las Palabras de Jesús dejan todo muy claro y sin lugar a duda. Ahora, amar como nos ama nuestro Padre Dios es muy difícil para nosotros. Diría imposible si tratamos de hacerlo por nuestra cuenta.

La cuestión es que, si queremos estar al lado de Jesús y responder a esa llamada de nuestro Padre Dios aceptando esa maravillosa dignidad de ser sus hijos, tendremos que esforzarnos en cambiar nuestro corazón. Y, sobre todo, confiar y creer que para Dios no hay nada imposible. Luego, si Él nos lo pide es porque sabe que podemos lograrlo. Sobre todo si creemos en Él y contamos cono su presencia. 

Así de sencillo de entender. Todo se reduce a tener fe y creer en el Señor. Todo nos es posible estando en la presencia de nuestro Padre Dios. Y, por supuesto, seremos capaces de amar a aquellos que nos caen mal, que nos incordian con sus actitudes y malas intenciones y que nos complican la vida. Los amaremos porque estando con el Señor tendremos las fuerzas necesarias para amar tal y como Él nos ama.