viernes, 3 de septiembre de 2021

CADA COSA A SU TIEMPO

Lc 5,33-39

La vida nos enseña que cada cosa tiene su tiempo. Hay tiempo para la alegría, la fiesta, el comer y beber, y, también, hay tiempo donde nos toca llorar, sufrir y ayunar. Es la experiencia que tenemos en nuestras familias y en nuestro mundo. La gran diferencia es que nosotros estaremos siempre con el Novio. En la alegría y también en el ayuno. Esa es la cuestión.

Sabemos, por la vida misma, que llegarán días de fiesta, pero, tambíén días de tristeza, dolor y sufrimiento. Sabemos que llegará nuestra hora y el momento de partir a ese otro mundo donde Jesús nos prepara una morada, porque, nos ha dicho: -Jn 14,2 - En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros.

Cuando nos toca disfrutar y vivir momentos de alegría, de regocijo y satisfacción debemos vivirlos - valga la redundancia - con entusiasmo y exultar de paz y alegría. El Señor está siempre con nosotros y, con nosotros vive nuestras alegría y también nuestras penas. Cada cosa a su tiempo.

Sabemos que nuestra vida tendrá su dolor y su propio momento de pasión. La experiencia la vivimos en carne propia dentro de nuestras propias familias. Se han ido nuestros abuelos, nuestros padres y, precisamente en esos momentos hemos soportados días de llanto, de ayuno y dolor. Han venido etapas de carencias, de sufrimientos y hemos ayunado y perseverados en la oración. Pero, a pesar de todo, también sabemos que siempre el Novio está y estará con nosotros.