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(Mc 6,17-29) |
Vivir en la justicia y en la verdad exige ser coherente y
afirmarte en tus convicciones y creencias. Ser fiel a Jesús significa vivir de
acuerdo a su Palabra y defenderla incluso hasta el extremo de poner en peligro
tu vida.
Eso fue lo que hizo Juan el Bautista. Defendió, incluso a
riesgo de su vida la Palabra de Dios, y denunció todo aquello que la rompía y
la adulteraba. Y eso le costó su vida en este mundo, pero la ganó para la
eternidad. A fin de cuenta eso es lo que importa, porque de que te vale ganar
tu vida aquí en este mundo si la pierdes luego para el verdadero y eterno.
Juan supo dar coherencia y cumplimiento a su fe. No sólo
predicando sino viviendo de acuerdo con esa Palabra predicada Ese es el mensaje
que hoy nos trae la Palabra de Dios. ¿Vivimos nuestra fe, no sólo en la piedad
de puertas adentro, sino también en la vida pública de nuestros ambientes?
¿Somos conscientes que nuestra piedad nos compromete a
responsabilizarnos, en la medida que podamos, en colaborar en construir un
mundo mejor en la verdad, la justicia y el amor? ¿Y que a pesar de ser
consciente debe ser creciente y difundida?
El discípulo de Jesús no sólo debe ser, sino actuar, y
actuar desde la fe a la luz de la Palabra y asistido en el Espíritu Santo.
Pidamos al Señor que alumbrados por su Espíritu seamos capaces, como Juan,
vivir la Palabra hasta las últimas consecuencias hasta el extremo de perder la
vida misma.