martes, 8 de noviembre de 2022

CREADOS PARA SERVIR, NO PARA SER SERVIDOS.

Nos equivocamos si pretendemos que nos sirvan cuando la misión de un buen cristianos es imitar a Cristo. Y Cristo dijo: No he venido a ser servido, sino a servir: — Mt 20, 28 — de modo que si quereos seguirle e imitarle, el servicio debe ser nuestra primera apuesta. Dice el Papa Francisco: «un cristiano que no lleve adelante este don del Bautismo por el camino del servicio se convierte en un cristiano sin fuerza, sin fecundidad, un cristiano para sí mismo, para servirse a sí mismo».

Por experiencia sabemos que la pereza nos aleja del servicio y nos arrastra a la comodidad, al descompromiso, a la indiferencia y al egoísmo. Muchas veces he experimentado el esfuerzo que hay que hacer para levantarse del sillón y salir de ese ensimismamiento que se te apodera de ti y te deja aturdido, pasivo, abstraído y sometido a la pereza y comodidad.

Por tanto, se hace evidente y necesario sobreponerse y comprometerse. ¿Por qué me digo esto a mí mismo? Porque, hay muchos cristianos – entre los que me encuentro – que, quizás sin darnos mucha cuenta, o porque nos resulta más cómodo, reducimos nuestro compromiso cristiano al cumplimiento de ir a misa, oraciones y nada más. Y eso nos puede estar engañando a nosotros mismos. Porque, cuando hablamos de servir incluimos todo, nuestra relación con Dios – oraciones, piedad y Eucaristías – y nuestro servicio al prójimo más necesitado. Nuestro servicio debe ser total, pleno de entrega y servicio, valga la redundancia.

Porque, ese es el Camino que Jesús nos señala. Esa fue la respuesta que le dio a Tomas cuando le preguntó que no sabía el camino: S. Juan 14:6-7 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Y ese Camino ya sabemos que es camino de servicio gratuito y por amor.

Y queda todo claro, si queremos seguir ese Camino tendremos que conocer y estar muy unido a Jesús, porque es Él precisamente ese Camino, Verdad y Vida.