jueves, 9 de julio de 2009

DIOS ES MI PADRE.


DIOS quiere que le descubramos y que le reconozcamos como PADRE. ÉL nos cuida, nos ama y nos quiere hacer participe de su propia vida, dándonos su vida y haciéndonos semejante a ÉL. DIOS quiere hacernos dioses, como ÉL, pero según lo que ÉL ha pensado para nosotros.

Nuestro problema es que nosotros queremos ser como DIOS, hasta ahí bien, pero según nuestros propios planes y proyectos, sin contar para nada lo que DIOS quiere de nosotros. Un padre siempre tiene un proyecto para su hijo; un padre siempre imagina y desea lo que le gustaría que fuese su hijo. Luego, él, su hijo, será lo que él decida, pero siempre lo que haya pensado el padre será bueno para él.

Cuanto más DIOS que lo sabe todo; que lo puede todo; que lo que quiere es lo mejor para nosotros, y, por su Sabiduría, Omnipotencia y Bondad lo que ÉL ha pensado, es lo mejor y más grande para nosotros. Por lo tanto, DIOS es mi PADRE Bueno al que debo mirar y fijarme en ÉL, pero cuando lo busco no sé donde está.

Por eso, DIOS nos entrega a su HIJO, JESÚS, que nos enseña el camino a seguir para hacer la Voluntad del PADRE. JESÚS es el HIJO que nosotros debemos mirar, para en ÉL ser también sus hijos. Somos, pues, los hijos, en el HIJO, del PADRE, y como hijos, coherederos de su Gloria: la vida, que tanto nos preocupa, para SIEMPRE en plena felicidad. Claro, totalmente gratuita, pero no por eso, según nuestros criterios mundanos, sin valor, porque lo barato y gratis lo desvaloramos, sino que necesitamos elegir y escoger el camino que nos conduce a ÉL, con ÉL y por ÉL, y que no es otro que el Amor.

Eso nos lleva a ver las cosas de otra forma, a mirar a los otros como personas; a respetar la vida, a aceptar la muerte como final del camino de la prueba, para iniciar el de la victoria y plenitud; a renunciar a muchas cosas que son vida para otros; a dar lo recibido en dones y cualidades, para que otros puedan servirse de ello y nosotros realizarnos en el amor. Realmente, cuando se empieza a pensar así y cuando somos capaces de limpiar la pantalla de nuestra vida, la luz se hace en nosotros y el mundo se enciende de paz, justicia y amor.