jueves, 4 de abril de 2019

RAZONES PARA CREER

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Jn 5,17-30
Para probar un hecho hace falta pruebas, y las pruebas las aportan los testigos. Los judíos exigían pruebas a Jesús siguiendo la objeción del Dt 19, 15 - Un solo testigo no bastará como prueba contra un hombre por cualquier culpa o delito, por cualquier delito que haya cometido: sólo por declaración de dos testigos o por declaración de tres testigos se podrá fallar una causa - para probar el valor de un testimonio.

Jesús ante la incredulidad de los judíos alega el testimonio de Juan el Bautista, que le anuncia como el esperado y prometido. El testimonio del Padre, que lo manifiesta en los milagros obrados por Él, y, finalmente, el testimonio de las escrituras. Sin embargo, estas pruebas externas no bastan, porque se nos olvidan o no las tenemos presentes. Ejemplos la liberación de Egipto y como rompen la alianza con el Señor; la actitud con nuestros padres que, a pesar de todo lo que han hecho por nosotros, no le correspondemos como se merecen.

No basta con rezar, ir a misa y cumplir. Se hace necesario amar y amar primero a Dios para luego, llenos de ese amor derramarlo en los hermanos. Y ese camino a través del Hijo, único mediador entre Dios y el hombre. Y ese amor exige estar abierto a la escucha de la Palabra y en total disponibilidad a la acción del Espíritu Santo. Porque, nuestra conversión es un don de Dios. Necesitamos pues, entregarnos en sus Manos y estar en total disponibilidad.

No podemos desfallecer, al menos en nuestra intención y disponibilidad. Exige perseverancia, voluntad y fiarse del Señor. Exige ser semilla que se hunde en la profundidad de la tierra para agarrarse a ello fuertemente y poder dar buenos y hermosos frutos. Sabemos que vendrán años de sequía, de tempestades, de heladas y de todo tipo de obstáculos que impedirán que la buena semilla dé frutos, pero confiados en la Gracia de Dios, los frutos saldrán.