Permanecemos callados, en silencio, no hay palabras, solo esperanza y desconcierto. Estamos abatidos, mudos de confusión y desesperanzas. ¿Qué ha pasado? ¿Cómo pueden suceder estas cosas? ¿Por qué, por qué, por qué...? No hay respuesta.
En el silencio de este día donde no hay
vida sino muerte. En el silencio de
este día donde la desesperanza
nos abate y nos dispersa, DIOS
mío, yo quiero verte y
pensar que todo
ha sido un
sueño de muerte. Amén.