
-PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE 
             -PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS» 
           -CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES "CAPAZ" DE DIOS 
CAPÍTULO  PRIMERO:
 EL HOMBRE ES "CAPAZ" DE DIOS 
IV ¿Cómo hablar de Dios?- Número 44
44 El  hombre es por naturaleza y por  vocación un ser religioso. Viniendo de Dios y  yendo hacia Dios, el  hombre no vive una vida plenamente humana si no vive  libremente su  vínculo con Dios.
             45 El  hombre está hecho para vivir en comunión con  Dios, en quien encuentra su  dicha."Cuando yo me adhiera a ti con todo  mi ser, no habrá ya para mi  penas ni pruebas, y viva, toda llena de ti,  será plena" (S. Agustín, conf.  10,28,39).
             46  Cuando el hombre escucha el mensaje de las  criaturas y la voz de su conciencia,  entonces puede alcanzar a certeza  de la existencia de Dios, causa y fin de  todo.
             47 La  Iglesia enseña que el Dios único y verdadero,  nuestro Creador y Señor, puede  ser conocido con certeza por sus obras,  gracias a la luz natural de la razón  humana (cf. Cc.Vaticano I: DS  3026).
             48  Nosotros podemos realmente nombrar a Dios  partiendo de las múltiples  perfecciones de las criaturas, semejanzas  del Dios infinitamente perfecto,  aunque nuestro lenguaje limitado no  agote su misterio. 
Meditación:
CAPÍTULO  PRIMERO:
             EL HOMBRE ES "CAPAZ" DE DIOS
             *  IV ¿Cómo hablar de Dios?  nº 44  
44 – El hombre busca a su Dios; tiene capacidad de buscar a Dios, necesidad de buscarlo.
45 – El hombre con Dios, son un todo en el hombre.
46 – Cuando el hombre, por revelación de la palabra de Dios trasmitida de generación en generación, la escucha y la hace suya, es un hombre completo.
47 – Feliz es el hombre que halla a Dios antes de morir, por la fe de creer lo que no ve.
48 – Cuando los que aman a Dios viven la Caridad, el hombre se perfecciona y, por su perfección, los otros hombres conocen a Dios que reside en el hombre amado de Dios por amarlo.
P. Jesús
La vida del hombre no tiene sentido sin su Creador. El hombre, quiera o no, no descansará hasta encontrar las respuestas que lleva en lo más profundo de su corazón, porque es ahí, en lo más profundo de su ser, donde el hombre tiene sellado la luz que responde a todos sus interrogantes.
Y eso se experimenta cuando el hombre es capaz de dar salida a sus sentimientos más íntimos. Cuando el hombre muere a su propio egoísmo y, saliendo de sí, es capaz de darse por el bien del otro, experimenta un gozo indescriptible y que le llena plenamente. Se ha dado el encuentro con su Creador y SEÑOR.
 
