jueves, 12 de agosto de 2021

EL AMOR SE TRADUCE EN PERDÓN

 

El amor se convierte en perdón, pues, de no ser así, ¿de qué amor estamos hablando? ¿De un amor que busca venganza, retribución, recompensa, cumplimiento...etc? Si ese fuese la clase de amor con la que nuestro Padre Dios nos amara, ¿estaríamos perdonados y esperanzados en alcanzar la prometida Vida Eterna en plenitud de gozo y felicidad?

La experiencia nos dice que donde hay amor se hace presente el perdón. Porque, esa es la experiencia que el hombre tiene con respecto a su Padre Dios. Amar conlleva perdonar y quien perdona es porque realmente ama. Amor y perdón se conjugan en el mismo verbo. Ambos no siendo lo mismo se identifican y complementan. Todos -que levante la mano quien no lo necesite - estamos necesitados de perdón, porque todos hemos cometidos pecados y somos pecadores. 

Necesitamos perdón y, no una, dos o tres veces, sino siete veces setenta. Es decir siempre que tengamos necesidad de buscar ese perdón que nos renueve y nos llene de esperanza.  Nuestra historia está llena de perdón. Si estamos vivos y esperanzados en vivir plenamente en felicidad eterna es gracia al perdón e infinita misericordia de nuestro Padre Dios. Y nos salvamos en la medida que también nosotros perdonamos. Lo cual significa que si no estamos dispuestos a perdonar tampoco nosotros seremos perdonados.