martes, 23 de diciembre de 2025

UN NIÑO LLAMADO JUAN

Lc 1, 57-66

   Se oían muchas cosas por aquellos días. Felipe guardaba silencio, pero algo se movía en su interior. Sentía gozo y alegría porque lo que escuchaba era bueno para todos. El pueblo se llenaba de esperanza y todo resonaba a bienestar y paz.

    La noticia que llegaba hablaba de algo que presagiaba paz, justicia y verdad. Se intuía que los tiempos iban a cambiar para bien, impulsados por esa voz tan esperada.

    Con esta alegría Felipe se acercó a la terraza de Santiago.

    —Han oído ustedes esa noticia que circula por el pueblo. Habla de que todo está cambiando y de que se va a restablecer la paz en muchos pueblos.
   —Sí, llegan bastantes rumores —respondió Pedro. Sin embargo, ya se ha oído en otras épocas y, al final, todo queda en simples rumores.

    Felipe, eufórico y excitado, y con gran entusiasmo, dijo:

    —¡Ahora parece que va en serio, el pueblo está emocionado y con mucha pasión.

    Pedro, con cierta indiferencia y quitándole hierro a la cosa, dijo:

    —Son cosas del momento. Pasado el viento, las aguas vuelven a su sitio.

    Fue entonces cuando Manuel se puso en pie, puso su Biblia en alto y dijo:

    —Estas cosas ya han pasado anteriormente. En el evangelio de Lucas 1, 57-66, se narra el nacimiento de Juan Bautista, cómo le fue puesto el nombre de Juan y todo lo que supuso lo misterioso de su nacimiento.

    Dejo de hablar, hizo una pausa y observó qué pasaba a su alrededor. Al comprobar que le escuchaban atentamente, prosiguió:

    —Al final, termina el evangelio diciendo: Y todos los que los oían reflexionaban diciendo: «Pues ¿qué será este niño?». Porque la mano del Señor estaba con él.

    Muchos, entre ellos Pedro, quedaron impactados por los signos que rodeaban el nacimiento de Juan, narrados en el evangelio, que de algún modo indicaban que había sido tocado por la mano de Dios.

   ¿Nos quiere decir el Señor también a nosotros algo con los signos que suceden ahora en nuestro tiempo?

¿   Sabemos leer los signos de Dios hoy, o los dejamos pasar como un rumor más?