miércoles, 8 de enero de 2025

CUESTIÓN DE SOLIDARIDAD O APRENSIÓN, TÚ DECIDES

Hoy, según lo que vamos experimentando y observado, vemos que, en nuestro mundo, hay más aprensión y recelos que solidaridad y fraternidad. Cada día, en lugar de disminuir las diferencias y saciar el hambre y sed de este mundo, parece que sucede todo lo contrario, aumentan.

Cada día hay más pueblos con hambre, y con inseguridad. Cada día se respetan menos los derechos y la vida, y se persigue en orden a las ideologías imperante que imponen sus ideas y dominios. Cada día la libertad se ve más amenazada y muchos imponen sus credos y creencias. Cada día el hombre es menos libre y se ve abocado a pensar, no como quiere sino como se le obliga.

¿Dónde está nuestra compasión? ¿Dónde queda nuestra solidaridad? ¿Acaso no somos hijos de un mismo Padre Celestial? ¿Cómo es posible que no intentemos la igualdad, el respeto, la libertad y la paz entre todos los pueblos? ¿Acaso no hay alimentos y agua para todos en este mundo? ¿No nos ha dado lo suficiente nuestro Padre Dios para que todos podamos alimentarnos y vivir en paz? ¿Por qué algunos quieren ser los dueños de lo que les pertenece a todos?

Posiblemente esa ha sido la causa de su muerte: La Infinita Generosidad de Jesús, el Hijo de Dios. Ha venido a decirnos que nuestro Padre Dios nos ama, nos perdona y nos señala que todos somos hermanos y debemos compartir nuestro pan.

La cuestión es que muchos no le hacen caso, y así pasa lo que pasa. Eso es lo que realmente vemos.