lunes, 17 de enero de 2022

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE NOSOTROS

 

La diferencia y el cambio que existe entre el Antiguo Testamento y el Nuevo están en la venida de Jesús, el Hijo de Dios. El Mesías prometido. Con Él se inaugura el Reino de Dios; con Él ha llegado el Reino de Dios que, desde ese momento, está entre nosotros. Porque, Jesús es el Reino de Dios, es el Mesías, enviado por el Padre a restaurar el Reino de Dios en este mundo.

Esa cambio trae la novedad del significado del ayuno, que deja de ser meritorio e impuesto – por los judíos – para pedir la llegada del Reino de Dios, porque ya está entre nosotros. Ya no tiene sentido, está con Jesús entre nosotros, vive entre nosotros y nos anuncia esa Buena Noticia del Amor Misericordioso de Dios Padre.

Y es lógico y de sentido común: Mientras está el Mesías, el Salvador, el Esposo con sus amigos, ¿cómo van a ayunar los amigos? Ahora, otra cosa será el día que falte y no esté con sus amigos, será, entonces, necesario hacer ayuno. Y así lo manda la Iglesia en algunos días concreto – Miércoles de ceniza y Viernes santo – pero no para mover a Dios en su favor, pues, Dios, ya en el Hijo, nos anuncia que nos ama con locura, y le envía para rescatarnos del pecado y liberarnos de la esclavitud a la que nos somete, dándonos la Gracia y Fortaleza de corresponder a ese Amor Infinito y Misericordioso que Dios, nuestro Padre, nos ofrece gratuitamente.

Ahora, nuestra relación con Dios pasa por Jesús. Él es nuestro camino y llegamos a Dios por Jesús. Es el Salvador que por los méritos de su Pasión y Muerte nos libera del pecado y gana – por sus Méritos – la Misericordia de Dios y nuestra dignidad de hijos. Se rompen las antiguas tradiciones expresadas en las metáforas  paños viejos y nuevos u odres nuevos y viejos. Jesús el Dios encarnado y hecho hombre viene para perfeccionar la Ley y mostrarnos el verdadero y único Camino, Verdad y Vida que nos lleva a la salvación eterna