miércoles, 5 de diciembre de 2018

¿TENGO YO COMPASIÓN DE LOS QUE SUFREN?


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Mt 15,29-3
Muchas, por no decir todas, iban detrás de Jesús por lo que les podía favorecer el seguirle. Llevaban a todos aquellos enfermos: lisiados, tullidos, sordomudos, ciegos...etc, para ser curados. Y Jesús compadecido de toda aquella gente los curaba. Se descubren que les siguen por esos beneficios y no advierten el anuncio de salvación y de vida eterna.

Igual nos puede pasar a nosotros, perseguimos beneficios y de no ser así nos alejamos de su presencia. Sé de muchos que le han retirado la amistad al Señor porque sus problemas no le han sido resueltos como ellos han pedido. Y, verdaderamente, nos cuesta aceptar su Voluntad cuando la nuestra piensa de otra manera y cree que la solución es tal y como Él la piensa.

Quizás esas son las pruebas que pueden descubrir nuestra fe y que, aunque lo ignoremos y no las veamos, nos son necesaria para poner toda nuestra confianza en las Manos de nuestro Padre Dios. ¿No recordamos las rabietas y enfados que cogíamos de pequeño cuando nuestros padres no nos permitían nuestros gustos? ¿No recordamos cuando nos prohibían jugar más de la hora señalada o de regresar a casa a tal hora? ¿Y todas las cosas que nos prohibían a pesar de nuestros enfados porque entendían que nos perjudicaba?

Sin lugar a duda, hoy, después de que hemos madurado comprendemos cuánto nos querían y cuanto se sacrificaron por nosotros. Hoy comprendemos que todo aquellos que nos exigieron y prohibieron fue por nuestro bien. Pues, si eso lo entendemos, también entenderemos a su debido tiempo lo que Dios, nuestro Padre Infalible, hace por cada uno de nosotros. Dios nos ama más que nuestros padres. El Amor de nuestro Padre Dios es Infinito y no se puede comparar con el de nuestros padres. 

Por tanto, todo lo que nos pueda pasar está mirado y en presencia del cuidado y amor de nuestro Padre Dios y no permitirá que sea para perjudicarnos. Dios mirará siempre por nuestro bien y nos dará lo que necesitemos para llegar a Él. Dios es un Padre compasivo y misericordioso y se preocupa, nos cuida y se compadece de nuestras debilidades y flaquezas.