miércoles, 9 de octubre de 2019

UN NUEVO ESTILO DE VIDA

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Lc 11,1-4
Todos buscamos en algunos momentos de nuestra vida un nuevo estilo de vida, valga la redundancia. Un nuevo estilo que te dé más salud, más esperanza y, en una palabra, más felicidad. Un nuevo estilo que en el que te sientas más realizado y más en paz contigo mismo. Pero, ¿dónde está ese nuevo estilo de vida? Es verdad que miramos a muchos lugares y a muchas personas, pero, los intentos, cuando nos atraen, son vanos. Al final nos quedamos en el mismo lugar, no avanzamos ni mejoramos.  Es más, en la mayoría de los casos empeoramos.

La vida es como es y desde nuestra aceptación a la que tenemos y nos ha sido dada debemos partir y construir en la medida de nuestras posibilidades. Es verdad que podemos mejorarla, pero, en vano nos cansamos si, nuestra vida, no está apoyada y dirigida por Dios. Es mi hermosa experiencia, que llena de esperanza todos los sufrimientos, todas las desesperanzas y avatares que se me van presentando en mi vida. Ya lo dice el salmo 126: "Si el Señor no construye la casa en vano se afanan los albañiles..."

Los apóstoles empiezan a darse cuenta del estilo de vida de Jesús. Jesús les atrae y les da testimonio. La fe de Jesús en su Padre se ve, se nota, se contagia. Están admirados y quieren ser como Él. ¿No te ha ocurrido a ti con alguna persona? A veces queremos imitar a algún famoso que nos deslumbra y al que admiramos, pero, al final nos damos cuenta que no da sentido ni llena plenamente nuestra vida. Jesús es diferente, su estilo de vida llega al corazón y, dentro de nosotros, experimentamos gozo, paz y deseos de ser como Él, hasta tal punto que le pedimos, como los apóstoles, que nos enseñe a orar.

Queremos vivir como Él y hacer de nuestra vida una vida a su estilo y como su estilo. Queremos tener esa confianza y fe en su Padre del Cielo del que Él nos habla. Queremos experimentar ese gozo de hijo con respecto al Padre y ese trato de confianza apoyada en el Amor del Padre. Un Padre que nos acompaña y nos protege y nos quiere hasta enviar al Hijo a dar su vida por nosotros. Padrenuestro, que se haga tu Voluntad, que es la buena, la que nos conviene, y no la nuestra.