miércoles, 13 de diciembre de 2023

LA CUESTIÓN ES DARLE SENTIDO A NUESTRO PROPIO CANSANCIO Y NO DESESPERAR

No está la dificultad en cansarnos, que de hecho lo experimentamos y sufrimos, pues nuestra naturaleza humana se cansa. La cuestión es dar sentido a nuestro propio cansancio. ¿Y cómo? Aceptándolo y transformando la manera de vivirlo.

Sucede que desde el momento que aceptas tu cansancio, tus desganas y tus desfallecimientos al comprobar que nunca llegas y que vives en una utopía humana, experimentas paz, sosiego y fortaleza para seguir el camino e insistir con las fuerzas que te quedan. Sabes, al aceptarlo, que Jesús camina contigo y en Él pones todo tu cansancio y descanso.

Nada puede, aunque nuestra realidad sea lo contrario, desestabilizarnos porque nuestras esperanzas no son de este mundo. Están puestas en el Señor, y su Cansancio – Pasión y Muerte – es nuestro cansancio y su Resurrección y Triunfo es nuestra resurrección y triunfo. Por eso, confiados en su Palabra y su Resurrección ponemos todo nuestro cansancio, todas nuestras fatigas y debilidades en sus manos.