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(por Pachi en www.diocesismalaga.es) Trabajemos que
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Teniendo en cuenta que la pregunta no guarda ningún secreto y su
significado está claro, la respuesta más verdadera es la segunda, es decir, no
respondemos porque nos hacemos los sordos. O lo que es lo mismo, nos importa
poco quien sea Jesús, y en consecuencia nos montamos nuestra vida según mis
ideas y planes.
Así las cosas los discípulos podrían haber renunciado, y seguramente
muchos lo hicieron. El mismo Pedro, después de ser reprendido por Jesús: «
¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino
los de los hombres», podía haber renunciado a seguirle.
¿No nos pasa hoy, en esta hora, lo mismo a nosotros? ¿No ocurre en la
Iglesia de hoy esto mismo que ocurrió en tiempo de su Fundador? ¿Y cómo respondemos
nosotros?
Pues de la misma manera, unos siguen fieles a Jesús y bajo la batuta de
Pedro, pero otros lo cuestionan, no Jesús, pero sí a Pedro y sus sucesores.
Seguir a Jesús es seguir a Pedro, a pesar de sus meteduras de pata. ¿Y sabes
por qué? Simplemente porque Jesús lo hizo. Le reprendió pero no lo destituyo.
Y nosotros, que no somos nadie, destituimos al primero que falla o no
nos gusta. ¿Es esto seguimiento, fe, obediencia...? ¿Qué votos hacemos? Ahora
recuerdo una oración que pide por todos los votos y normas de las órdenes
religiosas. ¡Verdaderamente hace falta!
¡Señor Jesús!, sé que Tú tienes Palabra de Vida Eterna, y, aunque no te
entienda, aunque vea malos testimonios de los que, como yo, tratamos de
seguirte, quiero seguirte y fiarme de Ti, y poner todos mis esfuerzos en luchar
porque tu Iglesia se una como el Padre y Tú son uno. Amén.