viernes, 13 de diciembre de 2024

CUANDO BUSCAS LA VERDAD, TE ABRES A ELLA

Es de sentido común que para encontrar la verdad hay, primero, que buscarla. O dicho de otra forma, sólo aquel que está inquieto y en actitud de búsqueda, encontrará la verdad. Porque, desde la monotonía, la rutina, la indiferencia, la justificación y la actitud instalada en la comodidad y desinterés no encontrarás nada. Al contrario, permanecerás siempre cerrado a la verdad aunque te la pongan delante.

Precisamente, el pecado contra el Espíritu Santo es ese, cerrar tu corazón a su asistencia, a su iluminación, a su esclarecer la verdad. Y, sin la Luz del Espíritu Santo, las tinieblas entrarán dentro de ti y tu vida permanecerá en la oscuridad. Es lo que suele suceder cuando a todo lo proclamado pones siempre pegas y justificación.

Porque, si te dicen esto, respondes con lo otro; si tocan la flauta, no bailas; si beben y comen, son unos comilones y borrachos; si dices, sí, tú respondes, no …etc.  La perfección no está en hacer todo perfecto, porque eso será imposible. Está en buscar amar y perdonar como nos busca y ama el Señor.

Y en ese esfuerzo, asistidos por el Espíritu Santo, encontraremos nuestro propio perdón y nuestro crecimiento siempre inacabado de avanzar en buscar la perfección como nuestro Padre Dios es perfecto.