martes, 5 de enero de 2021

LEVÁNTATE - ACÉRCATE - SITÚATE

 

Con los brazos cruzados no encontrarás el camino de tu vida. Porque, tu vida, como la mía, tiene un camino y, seguirlo es sinónimo de buscarlo hasta encontrarlo, pues, sin encontrarlo no se puede caminar y menos seguir. Pues, ¿a quién y a dónde? Y ese seguimiento exige levantarte y comenzar. Te levantas, no para estarte quieto, sino para empezar el camino.

No puedes permanecer tranquilo, cómodo, ocioso e indiferente. Necesitas empezar a buscar y eso te exige levantarte. Y te levantas y caminas para acercarte. Eso fue lo que hizo Felipe, obedeció a Jesús, se levantó y caminó tras Él. Y, encontrando a Natanael le notificó - anunció - que había encontrado a Aquel del que había escrito Moisés en la Ley y los Profetas.

Al parecer, Natanael no se fiaba de alguien que procediera de Nazaret. Pero, no se quedó quieto, se levantó y, obedeciendo a Felipe se acercó a Jesús. Lo que sucedió después nos lo dice el Evangelio - Jn 1, 43-55 - y cómo Natanael experimentó la presencia y divinidad de Jesús. Y creyó.

También, tú y yo tenemos que levantarnos si queremos encontrar nuestro camino. Se hace necesario experimentar la situación vivida al lado de Jesús y situarnos en nuestra vida. Sacar nuestras propias conclusiones, experimentarlas personalmente. Y de ellas concluyo que perseverando mi corazón va cambiando en el tiempo sin apenas darme cuenta. Tal y como crece la semilla.

Realmente, sucede que empiezas a nacer de nuevo, como dijo Jesús a Nicodemo -Jn 3, 1-21 - y a tomar en tu vidas nuevas prioridades.