lunes, 5 de julio de 2021

Y TÚ, ¿ACUDES AL SEÑOR EN LOS MOMENTOS DE APURO?

 

Suele ocurrir que la fe se enciende - está dormida - dentro de nuestro corazón cuando el peligro se ha consumado en nuestra vida. Es el caso de Jairo, del que se habla hoy en el Evangelio, y de muchos otros cuya vida están escritas en la presencia de Dios, aunque en el anonimato para muchos de nosotros.

Una de las preguntas que nos suscita la lectura de este pasaje evangélico de Mateo es la de plantearnos cuál es nuestra respuesta en los momentos duros que se nos plantea en la vida. ¿Acudes tú también al Señor con la misma fe con la que acudió Jairo, o, por el contrario te resignas y sometes a la ley de este mundo? ¿Tienes la fe de aquella mujer enferma de flujo de sangre que busca, confiada, tocarle el manto con la esperanza de ser curada?

Posiblemente, eso es lo que tendremos que reflexionar en nuestra vida. ¿Qué medida tiene mi fe? ¿La suplico y pido con insistencia para que aumente y crezca en mi vida? ¿Me esfuerzo en dar los pasos que posibiliten que mi fe - don de Dios - pueda ir creciendo y avanzado en mi compromiso bautismal?