miércoles, 27 de octubre de 2021

CON LA PIEL DE GALLINA Y LOS PELOS DE PUNTA

Lc 13,22-30

     Cuando empecé a leer el Evangelio correspondiente al día de hoy, mis labios soltaron estás palabras:  ─¡Dios mío, se me ponen los pelos de punta y la piel de gallina. Pensar que podemos quedarnos – según nuestros actos  – fuera y encontrarnos con la puerta estrecha cerrada estremece.

         Sin embargo, hay mucha gente que pasa de ello o, posiblemente lo ignora y, le parece mejor mirar para otro lado. Sobre todo si el mundo le sonríe y goza de una situación privilegiada.

         En principio, parece mejor y hasta más favorable hacerse el loco e ignorar el dolor ajeno y los problemas de los demás. Mientras a mí todo me vaya bien y mi vida vaya sobre ruedas – salud y dinero – lo demás no me importa.

         Sin embargo, lo que se ignora, no por eso va a dejar de llegar. Llegará la hora en que te encontrarás delante de la puerta estrecha y, quizás extrañado te preguntarás porque no se te abre. Para entonces ya será tarde y no habrá remedio. Oír esas duras palabras del Evangelio de hoy será algo terrible: ‘─¡Señor, ábrenos!’.

         ─Y os responderá: ‘No sé de dónde sois’.

         ─Entonces empezaréis a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas’.

         Y os volverá a decir: ─‘No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!’. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera.

         No está el horno para bollos y urge reflexionar sobre lo que significan estas palabras. Porque, no las dice un cualquiera, son Palabras del Señor.

         ¿Está tu vida atenta a ir preparada para que el Señor te reconozca y no te cierre la puerta estrecha? Esa es la pregunta. Ahora, te toca a ti responder y tomar una decisión.