sábado, 20 de diciembre de 2025

MADRE, DISCÍPULA Y SEGUIDORA

Lc 1, 26-38

   Se sentía inclinada a aquella misión, pero su pequeñez y humildad le impedían encontrar fuerza para acometerla.

    No entendía de dónde le podrían venir aquellos impulsos y deseos.

    Aquella noche tuvo un sueño que la animaba a dejarse llevar por ese impulso interior que la empujaba a entregarse al servicio de aquella causa.

    Se despertó asustada, como si hubiese oído una voz que le hablaba.

    Algo temerosa, hizo partícipe a su hermano Alejandro de su sueño. No sabía qué hacer, y en lo más profundo de su corazón ardía el deseo de entregarse libremente a esa misión.

    Al día siguiente, Alejandro, algo preocupado, acudió a la terraza. Era uno de los tertulianos que acudían con frecuencia y conocía los buenos consejos que allí se daban.

    Se acercó a la mesa donde estaban Manuel, Pedro y algunos más. Levantando su brazo, llamó la atención y dijo:

    —Mi hermana está en la disyuntiva de decidir qué camino tomar. O hacer caso a ese impulso que siente, e incluso con el que ha soñado, o tomarlo como un sueño más y no hacerle caso.  ¿Alguien me puede aconsejar algo?

    Todos se miraron extrañados, y muchos se encogieron de hombros como expresando que no sabían qué decir.

    Sin embargo, Manuel echó mano a su agenda y buscó ese pasaje del Evangelio de Lucas, 1, 26-38. Puso sus ojos en él y, con voz pausada, suave y serena, leyó:

    —En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un… María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró.

    Cerró su Biblia, hizo un breve silencio y miró tiernamente a Alejandro, convencido de que había encontrado la respuesta que buscaba.

    La cara de Alejandro se iluminó. Había sentido una luz interior que iluminaba la solución que su hermana buscaba.

    «Si la misión de su hermana estaba movida por el amor y la misericordia —pensó—, ese impulso venía de Dios».

    Así lo había entendido, y así se lo diría a su hermana.