lunes, 16 de agosto de 2021

SE TRATA DE VIVIR EN LA VERDAD Y TRANSPARENCIA

 

 

Todos queremos quedar bien, y bien quiere decir que, ante los demás nadie quiere quedar como un mentiroso, una mala persona o un injusto y aprovechado. Todos queremos quedar bien. Luego, ¿qué ocurre cuando comprobamos que la realidad no es esa? En el fondo de cada persona se esconde un deseo de vivir en la verdad y, en consecuencia, proceder justamente en su día a día.  Y eso se nota en el proceder de cada persona ante los demás.

Sin embargo, las apariencias engañan y la realidad no es tal cuan se dice y se trata de presentar. Cumplir no es tan difícil, pero amar es otro cantar y lo complica todo. No es lo mismo cumplir que amar. Si el cumplir deja justificada tu colaboración, el amor va más profundo hasta el darse plenamente por el alivio del que sufre y necesita ayuda. El cumplimiento cumple y termina, pero el amor acompaña y se compadece.

Y esto es lo que hizo y hace Jesús. Acompaña a quien sufre y padece; está al lado de quien se siente solo, desorientado y camina sin rumbo. Su amor le implica más allá de mero cumplimiento hasta el extremo de darse plenamente sin condiciones. Experimentamos que el amor es algo más profundo y comprometido, y que no está a nuestro alcance. Para amar necesitamos seguir a Jesús y estar con Él, porque, solo de Él nos viene la fuerza y la capacidad de amar como Él nos ama.

Amar complica nuestra vida, pero tras esa aparente dificultad se esconde esa plena felicidad que buscamos y ese Tesoro que ansiamos encontrar y que solo en Jesús hallaremos.