viernes, 24 de abril de 2020

MULTIPLICAR NUESTROS RECURSOS

Palabra de Dios diaria.: LECTURAS DEL LUNES III DE PASCUA 11 DE ...
Jn 6,1-15
Creo y supongo que todos los hombres quieren acabar con el hambre en el mundo. Incluso los más despiadados y egoístas. Es una aspiración humana que nace en lo más profundo de nuestro corazón. Y, posiblemente, algunos que así no piensen, se debe a que sus corazones han sido pervertidos por el Maligno. Porque, toda persona de bien quiere socorrer y abastecer al mundo de la abundancia de pan. 

Hoy, en el Evangelio se dibuja esa estampa, donde se sacia al hombe con panes y peces y se colma el hambre del mundo. Esa es la imagen que podemos simbolizar en esa multiplicación de panes y peces. Jesús se preocupa por el hombre por amor. La Voluntad del Padre, que lo ama con locura, es conocida por el Hijo que, al hacer la Voluntad de su Padre, ama también al hombre hasta el extremo de dar su vida.

Ahora nos corresponde a nosotros ser multiplicadores de panes y peces y proveer al mundo de la abundancia para que satisfaga su hambre. Pero, un hambre no solamente de pan, sino también de amor. De un amor que nace de la unión con Xto. Jesús y del alimento que nos da con su Cuerpo y su Sangre. Porque, para dar, primero tenemos que llenarnos de ese Pan Eucarístico que nos dé la fortaleza y la sabiduría para darnos luego a los demás.

Se trata de descubrir dónde está mi pan y mi pez que yo puedo aportar al mundo y, comprometido por amor, compartirlo. Es la única hoja de ruta para luchar y erradicar el hambre del mundo y de avivar la sed y el hambre de amar y compartir fraternalmente con los demás.