martes, 20 de junio de 2023

SEMEJANTES A NUESTRO PADRE DIOS PARA AMAR COMO ÉL NOS AMA

Si Dios, nuestro Padre, nos ama a pesar de nuestros desplantes y rechazos, ¿cómo no vamos nosotros a amar también a aquellos – enemigos – que nos dan desplantes y rechazos y hasta nos perjudican. El amor no sabe ni entiende de desplantes o rechazos. El Amor es siempre Amor porque Dios es Amor y siempre ha existido. Su Misericordia es inmutable y eterna.

Por tanto, para nuestro bien, ese Misterio de Amor sin condiciones que tu Padre Dios ha dejado a tu elección mientras dure tu vida en este mundo. Luego, una vez hayas tenido esa inconmensurable oportunidad de decir vida o muerte libremente, tu existencia será eterna en plenitud de gozo y felicidad o de remordimiento, angustia e infelicidad según hayas decidido escoger.

Tu decisión pasa por vivir amando al estilo de Jesús o al estilo del hombre. Un hombre que ama, sometido y herido por el pecado, desde un corazón egocentrista y cerrado al interés compensatoria; un hombre que hace diferencia entre amigos y enemigos; un hombre que tiene un corazón amoroso y misericordioso esclavizado a condiciones. Un hombre que ama dependiendo de condiciones y recompensas. Esa clase de amor humano no puede entrar en el Corazón de Dios.

Dios ama a buenos y malos; a justos e injustos. Su Misericordia alcanza a todos sin condiciones y, pacientemente, espera a que el hombre se dé cuenta que solo el amor como Dios ama es el que le hace eternamente feliz.