sábado, 11 de mayo de 2019

¿TE FÍAS DE JESÚS?

Resultado de imagen de Jn 6,60-69
Vivimos momentos confusos, oscuros y donde ver la luz se hace cada día más difícil. La lucha es intensa cada día y difícil de contrarrestar desde el punto de vista cristiano. Los valores cristianos se derrumban y muchos tratan de derrumbarlos. Sabemos que no es nada nuevo, pues ya pasaba en tiempo de Jesús. El mismo lo dice: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?». Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?. El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen»

No ha cambiado nada. La sociedad actual, los pueblos de hoy siguen en la misma actitud. Se alejan de Dios, y no sólo eso, sino que tratan de alejar también a los demás de Dios. Quieren desterrar de Europa, y entre ellas, España, de sus raíces cristianas. Se ha perdido la fe porque el diablo está trabajando para eso y distrayéndonos con las seducciones del mundo y la carne. 

La fe no es sino el resultado de fiarse de la Palabra de Dios, de la misma forma que te fías de otros en este mundo, con la única diferencia que Dios no te engaña y el mundo probablemente sí, pues se busca él y no busca tu bien. Porque, fiarse siempre te trae dudas, incertidumbre y muchos interrogantes que tú sólo no puedes discernir o descubrir, y menos entender. Por la misma experiencia pasaron los apóstoles., sin embargo, ellos acertaron en perseverar y fiarse obedientemente de la Palabra del Señor.

Nosotros ahora tenemos el testimonio de los apóstoles y un testimonio de experimentar a Cristo Resucitado. Hay razones solidas para creer. Y también tenemos el testimonio de la Iglesia y su labor de continuar la evangelización y proclamación de la Palabra de Dios. Porque, sí, el Espíritu está por encima de la carne y sin Él la carne no tiene ningún valor. Es el Espíritu quien nos sostiene y nos da la vida, pero Vida Eterna. Y es la Palabra la que nos acerca al Señor y nos sostiene cerca de Él y atentos a su Palabra. Palabra que, como dice Pedro, es la única Palabra de Vida Eterna.