jueves, 22 de diciembre de 2022

MARÍA, NOS ENSEÑA A DECIR SÍ

En el fondo la cuestión es responder como María. Su respuesta es la respuesta – valga la redundancia – que todos queremos dar también en nuestra vida. Y, mirándola, podemos aprender mucho de cómo hacerla y darla. Su Magníficat es un compendio de cómo debemos actuar y proceder en respuesta a esa llamada que Dios también nos hace a cada uno de nosotros.

La primera actitud que nos enseña María es la humildad. Ser humilde es reconocernos criaturas de un Padre Dios que nos ha creado por amor y que todo lo que somos y seremos es por su Gracia gratuita y misericordiosa. María, diríamos que de alguna manera profetiza que será felicitada y venerada por todas las generaciones. Y así ha sucedido. ¿Qué pueblo no venera a María bajo alguna advocación? Y también nos avanza la Infinita Misericordia de Dios para todas las generaciones.

También, María nos enseña a estar disponible y pronto al servicio. A dejar a un lado la suficiencia, la vanagloria y todo lo que nos enaltece egoístamente para olvidándose de sí misma, de ser la mujer más importante del universo por ser la elegida para ser la Madre de Mesías prometido, salir pronto con la actitud de servicio a casa de su prima Isabel.

María nos enseña y muestra la acción de Dios sobre los hombres dispersando a los soberbios, derribando a los poderosos y enalteciendo a los humildes. María nos señala el camino por donde vamos a encontrarnos con su Hijo. Mará, Madre de Dios, camino para todos sus hijos que bajo su amparo y su intercesión nos encontramos con el Mesías, ese Mesías que ella, por la Gracia de Dios, dio a luz en Belén. María, camino de encuentro con el Salvador que nos libera de la esclavitud del pecado.

Gracias Madre porque tu vida es un libro abierto de humildad y obediencia a la llamada de Dios que nos estimula y nos anima a actuar como tú.