martes, 18 de junio de 2024

LAS PRUEBAS CONFIRMAN LA FE

Es claro y evidente que en la dificultad se descubre la fe, la verdad, sinceridad y el verdadero amor. Porque, en tiempos de pruebas y de peligros se ve claramente si hay fe y verdadero amor. Por lo tanto, cuando la prueba pasa por amar a los que te persiguen y son declarados tus enemigos tienes la oportunidad clara de confirmar y descubrir claramente tu fe.

Es evidente que confirmar tu fe pasa por amar a los enemigos y rezar por los que te persiguen. Porque, estar a favor y amar a los que te corresponden y te aman, ¿qué mérito tiene? ¿No hacen eso mismo los demás, incluso los que no creen? Luego, la diferencia de un creyente en Jesús de Nazaret descansa en amar como Él nos ama. Y esa es su propuesta de amor:  Amar a quienes te hacen mal, te persiguen y se declaran tus enemigos.

No es fácil, pero no imposible. ¿Acaso no lo hemos experimentado en nuestra relación de padres e hijos? ¿No está dispuesto un padre o madre perdonar y rezar por el hijo/a, incluso hasta el extremo de dar su vida, aunque éste se muestre como enemigo? Y si eso lo hacemos con los hijos, ¿no lo haríamos con los demás si descubrimos el Amor Misericordioso de Dios, nuestro Padre?

 Posiblemente daríamos ese paso, y es eso lo que tenemos que pedir con insistencia y con confianza. Dios puede ir fortaleciendo nuestro endurecido corazón con la ternura, con la humildad, con la valentía y la paz necesaria para darnos con esa disponibilidad plena de amor hasta el punto de llegar a ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto.