domingo, 10 de marzo de 2024

UN AMOR SIN MEDIDA

Nunca llegaremos a comprender el amor de nuestro Padre Dios. Y es que si llegásemos a comprenderlo no nos hubiese hecho falta nada más, quedaríamos rendidos a sus pies. Por eso, necesitamos la fe, creer en Él y en su Palabra.

Su amor es tan grande que llega al extremos de entregar a su único Hijo, nuestro Señor Jesús, a una muerte de Cruz. Dios se entrega plenamente y, a pesar de ser rechazado, mantiene pacientemente su Infinita Misericordia. Jesús, en el nombre del Padre, anuncia su Palabra con el ejemplo de su Vida y de sus Obras, y acepta el rechazo, escarnio y su condena a una muerte de cruz.

Hoy, tal como ayer, vivimos un exilio. Dios ha sido expulsado de las aulas, de la sociedad y el mundo vive de espalda a Él. Es perseguido en muchos países y en otros tratado con cierta indiferencia y hasta arrinconado hasta no ser tenido en cuenta. Se le aparta del centro de la vida y de la familia tratándola de destruirla. Muchos cristianos entregan sus vidas hasta el punto de morir como mártires.

Sin embargo, los cristianos, muchos cristianos sostienen su fe en el Señor y, pacientemente, confían en su Palabra. Se acercan a Él y mantienen su vida en y a la luz para, que se vea, y por sus obras, dar testimonio del Amor Infinito y Misericordioso de Dios. Somos obra suya y todo nos viene del Señor. En Él descansamos y depositamos todas nuestras esperanza. ¡Alabado sea el Señor!