martes, 7 de septiembre de 2021

LA ORACIÓN, ENCUENTRO CON DIOS

 

Sabemos que a Dios nadie le ha visto, sin embargo, si sabemos que, a través de la oración, podemos hablar con Dios. Jesús nos ha enseñado esa hermosa oración del Padrenuestro para hablar con Dios. Pero, también podemos relacionarnos con Él dialogando y contándole nuestros problemas, preocupaciones, inquietudes, debilidades y pecados. Es nuestro Padre y, en y por la oración, podemos intimar y pedirle todas nuestras necesidades. 

Jesús nos enseña esa necesidad de relacionarnos con el Padre. Él lo hace y, precisamente, el Evangelio de hoy empieza de esta manera: (Lc 6,12-19): En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce...

Y nos enseña también a pedirle al Señor luz para saber optar acertadamente en los momentos difíciles en los que tenemos que tomar decisiones importantes en el camino de nuestra vida. Él lo hace hoy pasando largo tiempo en diálogo directo con su Padre antes de elegir a los doce apóstoles. Y esa debe ser una de las lecciones importantes que podemos sacar hoy en conclusión de este pasaje de la Vida de Jesús, nuestro Señor.

El encuentro con Jesús se nota en nuestra vida, porque, un encuentro con Él, si llega a nuestro corazón, cambia el rumbo de nuestra vida y nos relaciona con los demás. Los síntomas claro del encuentro se reflejan en nuestra preocupación por los demás. En una palabra, enciende nuestros corazones de verdadero amor. Esa puede ser la señal indicadora de que realmente estamos encontrándonos con nuestro Padre Dios.