domingo, 15 de noviembre de 2020

¿Y TUS TALENTOS?


Es obvio que todos hemos recibido algunos talentos. Unos más otros menos, pero, todos tenemos algo que sirve a los demás para anunciar que lo verdaderamente importante en este mundo es el amor. Un amor con el que se construye el Reino de Dios. Digamos que esa es la intención de esta parábola que nos expone Jesús, enseñarnos que todos tenemos lo necesario para anunciar y dar testimonio del Reino de Dios que Él ha venido a anunciarnos y a darnos testimonio con su Palabra y con su Vida.

Lo que nos viene a decir es que no podemos pasar desapercibidos en mostrar esa semilla del Reino de Dios que llevamos dentro. Venimos del Amor de Dios y nuestra misión es anunciar ese Amor que nos ha creado y que nos proclama la Buena Noticia de Salvación. Tenemos, pues, que poner a su servicio esos dones o talentos que nos han sido regalados para que el amor esté presente entre los hombres y, de esa forma, también los frutos que de él se derivan. Porque, cuando nos amamos en justicia y verdad hacemos presente el Reino de Dios.

En la parábola se destaca aquellos siervos que pone todos sus talentos a pleno rendimientos y dan frutos, cada uno según los talentos recibidos. Pero, se hace mención aparte del que no los pone al servicio de los demás y los entierra, como obviando su tenencia y alejándose en una comodidad pasiva y egoísta. Es esa la dificultad y lo que Jesús me dice. He recibido unos talentos y debo, al margen de que puedan dar o no frutos, eso dependerá del Señor, entregarlos con todas mis fuerzas al servicio de los demás. Sobre todo de los más necesitados.