jueves, 12 de octubre de 2023

VÍNCULOS RENOVADOS EN UNA NUEVA FRATERNIDAD

Los vínculos de sangre siempre están ahí uniéndonos por ese «ADN» genético que nos relaciona y une como hermanos o familia. Sin embargo, desde el principio estamos unidos más fuertemente con el Vínculo fraterno espiritual, materializado en el bautismo, que nos da esa Dignidad de ser hijos de Dios y, en consecuencia, hermanos en Xto. Jesús, nuestro Hermano mayor.

María, la Madre de Dios, vivió en esa línea de espiritualidad y de renovación hasta el punto de irse viendo como Madre, pero también como Hermana por la Gracia de Dios, de todos aquellos que a su vera iban construyendo ese camino eclesial según las instrucciones y mandatos de su Hijo, nuestro Señor.

Las palabras de Jesús en este pasaje evangélico de hoy nos descubre y nos revela esa otra y nueva dimensión de la fraternidad que nos une al seguir y vivir en la Voluntad de nuestro Señor Jesús:  Lucas 11, 27-28 Sucedió que, estando él diciendo estas cosas, alzó la voz una mujer de entre la gente, y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!» Pero Él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan».

Y, María, su Madre recoge el testigo y es la primera que vive y cumple su Palabra. María es Madre y Hermana porque oye su Palabra y la lleva a su Vida cumpliéndola según la Voluntad de Dios. Ella es la primera, la que confía pacientemente y la que no desfallece. Se sostiene firme hasta el extremo de permanecer fiel al pie de la Cruz. María, Madre y Hermana, enséñanos a permanecer fieles y firmes hasta el último momento de nuestra vida y cruz.