sábado, 14 de agosto de 2021

UN CORAZÓN DE NIÑO, PEQUEÑO Y HUMILDE

 

Descubrir la necesidad de acercarse a Jesús es de vital importancia. Muchos, al parecer no la descubrirán o no se preocuparan en descubrirla. La ignorancia es atrevida pero muy peligrosa porque no te exime de tu culpabilidad siempre que tenga oportunidad de salir de ella. Y el problema es que casi todos pueden, pero son muchos los que no quieren o se lo toman con cierta indiferencia.

Sin embargo, acercarse a Jesús no es tan sencillo. No porque tenga grandes dificultades, sino porque esas posibles dificultades están dentro del propio hombre. Se necesita, para empezar, tener un corazón pequeño, un corazón humilde y capaz de confiar y obedecer. Es decir, un corazón como el de los niños, pronto a la reconciliación, al perdón, a la obediencia y a la confianza.

Y es que solo los pequeños  y necesitados experimentan y sienten el deseo de acercarse a Jesús. ¿Quiénes le buscaban? Los enfermos y necesitados. No nos imaginamos a los ricos y poderosos deseando y necesitando acercarse al Señor. Se consideran suficientes y no necesitan de Jesús al que consideran un simple profeta. Y es que sin humildad - pequeño - no se puede acercarse a Jesús. Es condición sine qua non ser pequeño, pobre y necesitado.

Porque, cuando te acercas a Jesús y realmente te encuentras cn Él, descubres esa necesidad que tienes de conocerle y de pedirle que te salve. Ese es el corazón que necesitamos tener, un corazón confiado, pequeño, necesitado y obediente. Un corazón de niño.