No es lo mismo ser pastor
que cuida a un rebaño, incluso por un salario acordado que ser Pastor por un
compromiso de amor. Porque, el pastor asalariado no arriesgará, ni menos dará
su vida por defender a las ovejas. Pero, el Pastor que las cuidas y protege
por amor si estará dispuesto a ofrecer su vida por defenderlas y salvarlas del
peligro y de la muerte.
Dios nos ama con un amor
comprometido. O expresado de otra forma: El amor de Dios es un compromiso por
el que se ha comprometido – valga la redundancia – a dar su Vida para salvar la
nuestra. Y por eso, ha enviado a su Hijo, nuestro Señor Jesús, a este mundo
para que nos señale el Camino, la Verdad y la Vida.
Él es el Buen Pastor que nos ama con un Amor Misericordioso, gratuito y perseverante, capaz
de salir a buscar a la oveja perdida, y, en consecuencia, arriesgar la suya por
salvarla. Ni que decir tiene que los cristianos se sienten seguros en el Señor,
hasta el extremo de dar sus vidas por la fe y por el anuncio de la Buena
Noticia.
Y es que en Él podemos apoyarnos, descansar de nuestros desvelos y ausencias de esperanza. Él es nuestra referencia, modelo y guía que nos invita a seguirle. Su Palabra nos da esperanza, vida y eternidad.