sábado, 1 de febrero de 2025

UNA FE DÉBIL

La vida nos ofrece muchos momentos de incertidumbre, de tempestades y tormentas que zozobran nuestra vida y la ponen en verdaderos aprietos y riesgos. Es evidente, la vida trae consigo muchas tempestades, y quizás, de muchas no sabemos salir. No puedo evitar este último accidente aéreo en USA del que se dice que pudo evitarse. Al parecer entre los pasajeros iban jóvenes deportista y, según las noticias, no hay supervivientes.

El error humano, nuestras propias negligencias, irresponsabilidades y pecados determinan en muchos momentos de nuestras vidas que estas se paren o sigan caminando. El riesgo de perderla siempre está presente. Y cuando vemos venir la temepstad, ¿estamos preparados?; ¿nos acordamos de nuestro Padre Dios? Es el caso del que hoy nos habla el Evangélico. Posiblemente, los discípulos dudan, a pesar de que ya han visto obras extraordinarias y milagrosas de Jesús.

También a nosotros nos sirve este momento de reflexión para preguntarnos cómo está nuestra fe. A pesar de nuestra debilidad, de nuestras imperecederas dudas y de nuestra desconfianza, ¿confiamos en la Misericordia Infinita de nuestro Padre Dios? ¿Tenemos conciencia, y creemos, que Él camina con nosotros, nos acompaña y nos cuida? ¿Confiamos de que nos ha preparado un lugar para estar junto a Él eternamente? ¿De verdad, esperamos y confiamos que nos reuniremos cuando acabe nuestra camino en este mundo?