sábado, 9 de marzo de 2019

CAMBIAR ES LA CUESTIÓN

Resultado de imagen de Lc 5,27-32
La vida es todo un proceso de cambio. Nacemos desnudos y dependientes durante bastantes años de nuestros padres. Y en muchos casos más de la cuenta, posiblemente porque no maduramos lo necesario y suficiente como para depender de nosotros mismos. Nuestra vida es una constante evolución y eso nos exige esfuerzo y cambio, pues, de no ser así podemos quedar parados. Eso significa retroceder.

Necesitamos evolucionar constantemente, es condición indispensable, y eso nos va a exigir cambios en nuestra conducta y manera de actuar. Pero, ¿qué cambios necesito? Por un lado, mi cuerpo necesita cuidados para evitar enfermar y no alcanzar el debido desarrollo, y, por otro, también el alma, con mucha más atención, pues podemos perderla y para siempre. Esos cuidados nos van a exigir cambios en nuestra forma de vivir y de actuar.

Así nos lo dice el Evangelio de hoy cuando habla de Levi - Mateo - al ser llamado por Jesús. Esa llamada y su respuesta cambia su vida por completo. De recaudador de impuestos para los romanos y dejándolo todo pasa a seguir a Jesús y a proclamar su mensaje de Buena Noticia. No cabe duda que todos los cambios no son iguales. La parábola - Mt 25, 14-30 - de los talentos así nos lo manifiesta. A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno. Cada cual ha recibido unos talentos gratuitos de Dios, y a esos talentos ha de responder.

En eso estriba y consiste responder a esa llamada que el Señor nos ha dejado a cada uno en base a esos talentos recibidos gratuitamente. Todos somos pecadores y necesitamos despertar a esas tentaciones de nuestras inclinaciones a la concupiscencia y apetencia de nuestros apetitos y satisfacciones. Necesitamos limpiarnos, por la Gracia de Dios y responder a la llamada del Señor.