jueves, 21 de marzo de 2024

ANTES DE QUE ABRAHÁN EXISTIERA, YO SOY

Las discusiones entre Jesús y los fariseos se proyectan hoy entre aquellos que no creen y los que creen. La Iglesia, en nombre de Jesús, sigue hoy perseguida y muchos siguen cogiendo piedras para tirárselas a los cristianos que creen en la Palabra de Jesús. De alguna manera todo sigue igual o peor. En muchos lugares del mundo los cristianos son masacrados y asesinados.

La cuestión es bien sencilla: Jesús se confiesa hijo de Dios.  Él existe desde siempre, desde el principio. Y lo refiere cuando al hablar de Abrahán confiesa que Él ya existía. ¿Y qué sucedió? Cogieron piedras para tirárselas.

Hoy vuelve a pasar lo mismo. Cuando hablamos de Dios nos toman por locos, por bobos o por idiotas. E incluso lo consideran ridículo y lo toman a risa. Y eso en el mejor de los casos, porque, dependiendo del lugar nos detienen o nos matan.

Sin embargo, el Espíritu Santo nos da fortaleza para continuar anunciando esa Buena Noticia que nos trae nuestro Señor Jesús: La Infinita Misericordia de Dios que nos salva y nos da Vida Eterna. Y no es cosa que nosotros deducimos o podamos imaginar, son palabras del mismo Jesús: (Jn 8,51-59): En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás» …

Y es esa Buena Noticia la que también nosotros anunciamos: ¡Jesús Vive y camina junto a nosotros y nos ofrece esa Vida Eterna en plenitud de gozo y felicidad junta al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.