viernes, 30 de agosto de 2024

RECUERDA, NO SABES EL DÍA NI LA HORA. MANTEN TU LÁMPARA ENCENDIDA Y PROVISTA DE ACEITE

Será muy importante en tu vida descubrir la necesidad que Dios Padre tiene de cada uno de nosotros. No una necesidad imprescindible, sino una necesidad nacida de un compromiso de amor, misterio de nuestra fe en Él. Porque, nada necesita ni nada merecemos nosotros. Todo es Gracia y gratuidad. Y eso jamás lo podremos comprender.

Sin embargo, así la realidad, no somos consciente de la gran suerte – por expresarlo de alguna manera – que tenemos. Un Dios Creador que nos ama con una misericordia infinita, sin la cual nada seríamos ni posibilidad alguna tendríamos de alcanzar esa felicidad que buscamos afanosamente. Para Él no somo prescindibles, y por esa razón está presente, queramos o no, en nuestra vida. Y, por la misma razón su Misericordia es Infinita y nos la regala gratuitamente aunque le demos la espalda y, por supuesto, no la merezcamos.

Es evidente que no, al menos muchos y muchos, hemos descubierto esa Gracia de saber que tenemos un Padre Infinitamente Bueno, Misericordioso y que nos ama hasta el punto de haberse encarnado en naturaleza humana y entregar su vida por cada uno de nosotros. Por eso, por esa razón que antes hemos dicho: No somos prescindibles para nuestro Padre Dios. Quiere compartir su Gloria con nosotros, y nos espera, y nos soporta, y se llena de paciencia con nuestra respuesta, y, sobre todo, confía en nosotros.

Pero, todo tiene un límite, y nuestro Padre Dios, al crearnos libre, espera nuestra respuesta. Nos regala una vida, un tiempo en el que tendremos que decidir y preparar nuestras lámparas que alumbre nuestro camino. Y esas lámparas necesitan aceite – Sacramentos – para que puedan estar prendidas y dar luz. De tomar el ejemplo y camino de esas cinco doncellas necias, nos cogerá el final de nuestro camino desprevenidos, sin vigilancia y no preparados.

 Por supuesto, el camino a seguir será el de las prudentes. Tener nuestras alcuzas – vidas – llenas de esa Vida de Gracia que nos santifica y nos acoge a la Infinita Misericordia de nuestro Padre Dios.