domingo, 12 de enero de 2025

TAMBIEN BAJÓ SOBE NOSOTROS EN LA HORA DE NUESTRO BAUTISMO

Es el mismo Espíritu que bajó en el Jordán sobre Jesús, el que también bajó sobre ti en la hora de tu bautismo. Por lo tanto, no podemos justificarnos alegando falta de capacidad o de fortaleza, porque en el Espíritu podemos todo. Otra cosa es que tu misión sea la que sea. 

No todos estamos llamados a hacer lo que hizo Juan el Bautista u otros. Cada cual tendrá su misión y sus talentos – la parábola de los talentos lo deja bien claro – por tanto no hay que volverse loco. El Espíritu Santo sabe lo que puedes dar y lo que has recibido para dar. A ti, como a mí, nos pertenece ponernos a su disposición y en sus manos.

Es la hora de la presentación de Jesús a su pueblo, y al mundo entero: Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre Él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: «Tú eres mi hijo; el Amado, en ti me he complacido». Y también, en el momento de nuestro bautismo, la nuestra al mundo que nos ha tocado vivir.