Mt 22, 34-40 |
—Estoy pensando
que hay muchas leyes que, en lugar de aclarar, complican. ¿Estás de acuerdo,
Manuel? —Ocurre que a veces no se encuentra respuesta para juzgar un caso
concreto, o se presta a muchas interpretaciones. Creo que la cosa es compleja
—Y eso lleva a enjuiciar
un mismo caso de diferente manera. ¿No te parece?
—Hay un refrán
que lo expresa muy bien: «Todo depende según con el cristal que se mire». La
sabiduría popular deja abiertas esas diversas interpretaciones con las que la ley
juzga los hechos.
—Y eso evidentemente complica las
cosas.
—¡Y tanto! Sin
embargo, recurrimos a la Palabra de Dios y en ella encontramos luz y respuesta
a estos interrogantes. ¿Te parece?
—A ver, ¿qué nos
dice?
—En aquel
tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se
reunieron … Es un pasaje que corresponde al Evangelio de Mt 22, 34-40, conviene
leerlo, nos da luz ante estos problemas.
—¿Piensas que
resuelve el problema?
—La ley es
compleja, pero, por encima de ella está el amor a Dios. De eso habla ese
evangelio. Todo se reduce a amar. Primero a Dios y, luego, al prójimo.
—Pero eso no
resuelve nuestro problema.
—En el amor todo
queda resuelto. Si lo meditas, convendrás que quien te salva es el amor. Todo se
lo debes a tus padres, pero, primero a Dios. Por tanto, si tratas de hacer lo
mismo con los demás, ¡problema resuelto!
—¿Así de
sencillo?
—Así, de ahí la
respuesta que Jesús da a aquel fariseo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu mente». Este mandamiento es el principal primero. El segundo es semejante a él: “Amarás
a tu prójimo como a ti mismo”. En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley
y los Profetas.
—No cabe que
duda de que si nos amamos como el Señor nos enseña, todo queda resuelto.
—Evidentemente,
Jesús con su Vida nos enseña el Camino, la Verdad y la Vida, y a amar con
misericordia. Esa es la respuesta, vivir en Él y amar como Él nos enseña. No
olvides que para eso recibimos al Espíritu Santo, para en Él, encontrar la
Gracia de poder vivir en el amor.