jueves, 27 de noviembre de 2025

SALVADOS EN CRISTO JESÚS

Lc 21, 20-28

    Es evidente que las cosas no van bien. Se habla del cambio climático, de plagas, virus, catástrofes, terremotos, y de la inestabilidad con la que el mundo se siente amenazado.

   Aumentan los enfrentamientos, la guerra por la supremacía económica, el poder, el control del mundo y muchas cosas más.

   Y las consecuencias de todo esto derivan en una destrucción sistemática y progresiva.

    El mundo va camino de su propia destrucción.

    —En estos tiempos de angustias y oscuridad la gente busca donde agarrarse y encontrar un hálito de esperanza —dijo Fernando.
    —Es normal —añadió Pascual—, solo nos acordamos de Santa Barbara cuando suena.
   —Evidentemente —respondió Fernando. Pero eso no consuela a nadie. Mejor prepararse para ese final que de una u otra forma vemos que se acerca.

   Manuel que permanecía impasible escuchando la conversación entre Fernando y Pascual, decidió intervenir.

    —El final no estará exento de signos que nos lo irán indicando. Jesús nos lo indica en Lc 21, 20-28, cuando nos dice que las potencias del mundo serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.

    Y Mirando para todos los allí reunidos, concluyó:

    Cuando empiece a suceder esto —nos dice Jesús— levántense, alcen la cabeza, se acerca su liberación.

    Todos quedaron enmudecidos. El silencio reinaba en el ambiente.

   Solo aquellos cuya fe estaba puesta en el Señor dibujaron una sonrisa en sus caras iluminados por la esperanza.