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Lucas 10,21-24. En aquel ... |
Sólo aquel que es humilde es capaz de reconocerse agradecido, y, por supuesto, estar en la disponibilidad de sentirse en gratitud y de dar las gracias. Porque hay muchas maneras de dar las gracias, pero sólo una verdadera de sentirse agradecido.
Y esa es aquella donde se agradece el bien recibido. El arrogante y suficiente difícilmente darán gracias, al menos de forma auténtica, porque se cree con derecho de pertenencia y de recibir lo que tiene. Lo hace de forma aparente, pero nunca verdadera.
Hoy, la Palabra de DIOS, nos plantea esa actitud de sentirnos agradecidos. Lo hace JESÚS bendiciendo al PADRE: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños».
Bendecir es dar gracias, y sólo lo hacen los humildes y pequeños, porque los inteligentes y sabios pasan de dar gracias, pues ellos se erigen en sus propios dioses y en dueños de todo lo que poseen. El mundo les pertenece y se experimentan como administradores del mismo. No necesitan de nadie, y menos de sentirse agradecidos. Así se explica como les va.
Te doy gracias, SEÑOR, por todo lo recibido, pero
sobre todo por el don de experimentar
tu presencia, tu Palabra y
tu Vida.
Es Ella la única que me da esperanza, que me mueve
a crecer como persona, a sentirme en
permanente gratitud, y a
vivir el gozo de
seguirte. Amén.