miércoles, 8 de mayo de 2019

LA CLAVE ES CREER

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Jesús ha venido para hacer la Voluntad del Padre, y la Voluntad del Padre es que creamos en su Hijo, que Él ha enviado para darnos y señalarnos el camino de salvación. Pero, a pesar de las veces que Jesús nos ha dejado claro que Él es el enviado y quien crea en Él alcanzará la Vida Eterna, los hombres y mujeres de este mundo se empeñan en no creerle ni en seguirle. ¿Qué es lo que nos ocurre?

La Voluntad del Padre es que resucitemos en su Hijo el último día. Es decir, al final de los tiempos. ¿Y qué tenemos que hacer para alcanzar la resurrección? Simplemente, ir hacia Él. Es decir, seguirle y esforzarnos en hacer su Voluntad, que no se trata de algo inhumano o heroico, sino simplemente de buscar el bien, la justicia, la paz, la misericorida y, en una palabra, el amor. Y eso, cada cual, donde esté y donde se encuentre.

Jesús, el Señor, es el Camino, la Verdad y la Vida, y nuestro camino debe centrarse en ese empeño de seguir los pasos de Jesús. Eso significa que debemos ponerlo en el centro de nuestro corazón y de caminar unido a Él. ¿Cómo? A través de la oración, los sacramentos, de forma especial, la Penitencia y la Eucaristía. A través de la comunidad, de la reflexión diaria de su Palabra, de la reflexión diaria de nuestra vida de cada día contrastándola con nuestro vivir y obrar diario desde la mirada fija en Jesús.

La clave es creer y no atemorizarnos por las dificultades, problemas, peligros y amenazas que en nuestro camino diario se nos vayan presentando. La clave es confiar y tener fe en el Señor. Ha venido para salvarnos y para darnos Vida Eterna, y sólo nos pide creer en Él. Todo lo demás irá viniendo por añadidura y por la Gracia y Misericordia de Dios.

Tratemos de confiar y de meditar con seriedad y profundidad las Palabras de nuestro Señor Jesús. Él actúa enviado por el Padre y para cumplir la Voluntad del Padre, que no es otra sino la de darnos la Vida Eterna.