lunes, 24 de agosto de 2020

¿PERCIBES TÚ, TU LLAMADA?

Evangelio del 24 de agosto: Juan 1, 45-51 | Juan 1, Evangelio ...

Es verdad que a mucha gente que has conocido se debe a que has sido presentado por otros amigos respectivos. Muchas de las personas que conoces has llegado a ellas a través de otros amigos. En el Evangelio de hoy, Felipe lleva a Natanael a la presencia de Jesús. Posiblemente, también nosotros hemos sido presentado a Jesús - bautizo - primera comunión - confirmación y otros -  y todo ha quedado en nada. Bien, porque no hemos querido; bien, porque hemos preferido las cosas de este mundo.

Quizás, por los motivos que sean no hemos querido guardar ni conservar la mirada de Jesús. No hemos dejado que traspase nuestro corazón y, pronto, hemos desviado esa mirada. Porque, la mirada de Jesús es la misma para todos, aunque, es posible que tenga matices diferentes. Un padre quiere a todos sus hijos por igual, pero, no a todos, queriéndolos profundamente, les da lo mismo. Cada cual tiene sus particularidades y sus cualidades. Todos no han recibido lo mismo - parábola de los talentos, Mt 25, 14-30 -. La mirada a Natanael, como a otros muchos, tiene sus características propias y sus llamadas personales. 

La mirada de Dios, a través de su Hijo, Jesús, tiene un denominador común: " Va llena de cariño, de ternura, de amor y misericordia. Nuestra insistencia, perseverancia y seguimiento serán determinantes para que, la mirada amorosa y misericordiosa de Jesús, sea profunda y nos inunde de su Gracia y su Amor.

Pero, también depende de nuestra libertad y voluntad, que Dios, nuestro Padre, ha dejado en nuestras manos para que seamos nosotros libremente los que decidamos dejar su mirada nos llegue al corazón.