martes, 29 de agosto de 2023

TRAS LA MUERTE DE JUAN, JESÚS PREPARA LA ENTREGA DE LA SUYA

No solo es una noticia triste y dolorosa para Jesús sino un preámbulo de lo que le espera a la suya. Jesús sabe que vivir en la Verdad, esa Verdad de la que Él es Camino y Vida, le llevará, como sucedió con Juan, a la muerte. Y para Él será una muerte de cruz.

Posiblemente a nosotros nos deba suceder lo mismo. Seguir a Jesús y decidirse por vivir en su Palabra nos revela que nuestra vida debe estar disponible para la entrega por amor a los demás. Una vida perdida para este mundo, pero ganada para el otro, el verdadero y eterno en gozo y plenitud.

La vida solo tiene valor al donarla, al donarla en el amor, en la verdad, al donarla a los demás en la vida cotidiana, en la familia. Donarla siempre. Si alguien toma la vida para sí mismo […] la vida muere, la vida termina marchitada, no sirve (Papa Francisco – 08/02/2019).

Y la alegría solo se encuentra cuando somos capaces de donarla y compartirla con los demás. Una alegría que no se comparte y se interioriza deja de ser alegría, se convierte más en un secreto y deja de alegrar el corazón. La alegría solo tiene sentido cuando se es capaz de compartirla, darla y entregarla gratuitamente. Visto así coincidimos con el Papa Francisco de que la alegría solo es verdadera alegría cuando es misionera. Es decir, se da y se comparte sobre todo con los más tristes y necesitados.

Ese es el misterio. Juan entregó su vida lleno de paz y de gozo interior. Porque solo el saberse en el camino correcto, honrado y verdadero es motivo de gozo y alegría. Y solo desde esa alegría y gozo de paz interior se puede ofrecer no solo la cabeza sino el cuerpo entero. Porque nada tiene más valor que la firme decisión de mantenerse fiel en la fidelidad al Señor. Así, no solo nos lo dice el Hijo con su Vida y su Palabra, sino también con su entrega plena crucificado en la Cruz. Como Juan el bautista, Jesús, el Señor, entregó su Vida por todos nosotros.