viernes, 1 de septiembre de 2023

CADA INSTANTE, SU PRESENCIA TE LLAMA

Quizás sea en este momento que escribo y que estoy algo excitado. Quizás sea mi impaciencia o desespero, quizás sea mi rebelión a las dificultades y problemas que se me presentan cada día, o a mis desganas, comodidades, caprichos o apetencias. Una serie de quizás que pueden ser la causa del abandono de mis cuidados y no proveerme del aceite necesario para que mi lámpara se mantenga encendida.

Porque, el Señor viene a cada instante y me llama a que tenga mi lámpara preparada y provista de aceite. Es una gran equivocación esperar a la hora de mi muerte para esperar al Señor cuando hoy, ahora, en este instante el Señor está contigo. Solo tienes que mirarlo, hacer silencio en tu corazón y escuchar su Llamada y su Voz.

Y, por supuesto, tener cargada tu alma y tu corazón de buenas intenciones, de actitudes de servicios, de disponibilidad a hacer la vida agradable al que está a tu lado y de poner todo tu amor en reflejar la misericordia de Dios. Eso supone ser prudente, tener tu alcuza llena de aceite y esperar al Señor que decidirá el encuentro definitivo cuando Él quiera decidirlo.

En esas actitudes podemos considerar que estamos preparados para, no solo esperar al Señor, sino preparados para cada instante que el Señor nos sorprende con su presencia y llamada. Eso significa que cada día tendremos que revisar nuestras alcuzas y proveerla del aceite del amor, comprensión, paciencia y servicio.  ¿Y qué difícil nos resulta, no? Diría que imposible si no contamos con el Espíritu de Dios.