miércoles, 26 de diciembre de 2012

LA VIDA SE NOS COMPLICA

Mateo 10, 17-22. Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los ...

No es cosa de broma ni tampoco apetece emprender el camino de seguimiento a Jesús de Nazaret. Sin lugar a dudas, trae consecuencias, y consecuencias graves para nuestra vida, porque se trata precisamente de eso, de vida, pero de vida eterna. Por eso muchos lo han rechazado y todavia hoy lo rechazan.

Y la vida eterna, esa que todos queremos alcanzar, no es cosa fácil sino que encierra dificultades y luchas que nos la complican, porque detrás de la renuncia y olvido de uno para darse a los demás se esconde el gran tesoro que todos con más o menos acierto buscamos: "El amor". Sólo el amor nos hace felices, no hay otro camino.

Y es ese amor el que nos da las fuerzas y el gozo de felicidad que nos empuja a seguir adelante. Es obvio que no estamos solos, pues solos no alcanzaríamos a dar un solo paso. Nos alienta y nos fortalece la presencia del Espíritu Santo. Ese Espíritu que Jesús nos prometió cuando subió a los Cielos. El mismo Espíritu que le acompañó a Él a lo largo de su vida en este mundo.

Y Él, el Espíritu Santo, nos asistirá, nos pondrá en nuestras bocas las palabras precisas y justas que necesitaremos en cada momento, nos fortalecerá y nos dará la fe y valor para hacer en cada momento la Voluntad del Padre. No dudemos de eso y tengamos la confianza y la fe que así es y será. ¿O es que no lo notamos y experimentamos en nuestras vidas? Haremos tantas cosas como Jesús porque vivimos en el Espíritu y es Él, como dice Pablo, el que vive en nosotros.

Señor, Tú que nos has dado tu Palabra y esperanza de que podremos seguirte y hacer las proezas que Tú has hechos, danos la confianza y la fe de creer que así será y de que por obra y gracia del Espíritu Santo no tenemos nada que temer ni de qué preocuparnos, pues Él nos llevará por el camino que tu Voluntad quiere que vivamos.