lunes, 1 de enero de 2018

EN SILENCIO GUARDABA TODAS ESTAS COSAS EN SU CORAZÓN

Lc 2,16-21
Los pastores corren y busca al Niño, ese Niño del que los ángeles les han hablado y cuentan todo lo que les han dicho. María y José quedaban admirados de todo lo que se decía del Niño, pero, María, guardaba todo eso en silencio dentro de su corazón.

Por supuesto, María sabe lo que le ha dicho el Ángel Gabriel enviado por Dios. Y, a pesar de no entender mucho, sabe que todo lo que está sucediendo viene de Dios. Ella se sabe guiada y deposita toda su confianza en el Señor su Dios y guarda su Palabra, aceptando todo lo que acontece en esos momentos. ¿Lo hacemos también nosotros?

Hay mucha gente que dice no negar al Señor, y que respeta a todos los que creen en Él, pero se mantienen al margen e indiferentes. ¿No es eso rechazarle? Se está o no se está con el Señor. Porque, si no se está vivimos de otra forma y más de acuerdo con el mundo. 

A nadie se le ocurre opinar sobre algo que no conoces. Sería un disparate hablar de aquello que no conoces ni sabes, porque entiendes que puedes hacer el ridículo. Sin embargo, todos hablan y opinan de Jesús y no saben nada de Él. Ni siquiera tratan de escuchar, y menos ir a su encuentro para ver si lo que está escrito de Él se cumple. Podría ser esa reflexión algo importante que sacar de este pasaje evangélico.

Primero: ¿escucho yo? Y luego, ¿voy a su encuentro? Esa fue la acción de los pastores cuando fueron avisado por los ángeles. Y eso supone, creer y corresponder. Ellos creyeron y, luego, buscaron al Niño anunciando todo lo que le habían dicho de Él. Igual tendría que suceder con nosotros, si escuchamos la voz de la Iglesia que nos anuncia el nacimiento del Niño Dios, tendríamos nosotros que corresponder tratando de buscar a ese Niño Dios que nace en el portal.

No nos quedemos parados y pidamos nacer de nuevo junto al Señor, que nace y se renueva cada día, para que nuestra fe, en este año que empieza, sea cada vez más fuerte y comprometida.


FELIZ AÑO 2018