viernes, 29 de noviembre de 2024

CAPACIDAD DE OBSERVACIÓN

Se nos ha dado capacidad para discernir y observar. Cuando observamos tenemos la oportunidad de analizar lo que vemos y, en consecuencia, discernir. Discernir sobre el bien y el mal; distinguir lo bueno de lo malo; diferenciar lo trascendente de lo intrascendente. En definitiva, ver lo verdaderamente importante: caminamos hacia el Reino de Dios, un Reino de Paz, Justicia y Amor.

Ahora, ¿cómo nos comportamos? ¿Realmente observamos, discernimos y nos preparamos para alcanzar la meta para la que hemos sido creados? Somos capaces de darnos cuenta, así como la proximidad del verano cuando observamos que la higuera ya echa brotes, de que nuestro verdadero destino es la Casa del Padre? ¿Y nos damos cuenta de que podemos perder esa oportunidad si no abrimos la puerta de nuestro corazón al Espíritu Santo?

Darnos cuenta de que nuestra hora está cerca es lo más importante de nuestra vida. Es el Tesoro escondido en nuestro corazón. Y está cerca porque, al margen del final de este mundo, que no sabemos cuándo, tampoco sabemos el final de nuestra vida que puede sorprendernos en cualquier momento.